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“Hoy está de cumpleaños mi mamá, ¿será que la llevo al Cielo?” Esas eran preguntas que escuchaba de mis allegados cuando celebraban eventos especiales de parientes cercanos. Muchas veces pensé que era una discoteca, un lugar de cócteles, que incluso lo confundía con Divino Cielo, un restaurante normal o un sitio para pasar el día.

 

Un día en el que decidí realizar un trabajo sobre las nuevas tendencias en gastronomía en Medellín, se me cruzó el nombre El Cielo, pues un conocido me comentó que este restaurante es un lugar diferente, es un sitio que ofrece comida vanguardista e innovadora.

 

Yo no entendía cuando me hablaban de gastronomía vanguardista ni mucho menos del Cielo, tomé la decisión de hacer una búsqueda sobre el tema y lo que encontré fue algo que nunca había escuchado. Desde ese momento comprendí por qué la gente toma como primera opción visitar el primer restaurante creativo en Medellín e incluso, me atrevo a decir, que en Colombia.

 

El viernes 9 de mayo de 2014 logré conocer ese espacio del que tanto me habían hablado. Eran las 3:00 de la tarde de este mismo día, las calles de Medellín se encontraban mojadas por las lluvias de las últimas horas, el tráfico era inmenso y las personas se protegían del agua debajo de los árboles.

 

En medio de truenos y lluvias, llegué al restaurante El Cielo, cuando me bajé del carro, un hombre vestido todo de negro me recibió en la puerta, me dejó ingresar y me preguntó qué era lo que necesitaba, pues a esa hora la cocina permanecía cerrada.

 

Días anteriores había solicitado una cita con el creador del sitio, pero como él estaba de viaje, su asistente me permitió ir a tomar fotos mientras su jefe llegaba a la ciudad.

 

Esperé unos minutos mientras me atendían. Me senté en una silla color café, moderna y muy cómoda que estaba ubicada en la entrada. La música de fondo era relajante y el ambiente del lugar era muy agradable.

 

Durante la espera vi que al lado izquierdo había una familia de cuatro miembros, en ese instante no entendía por qué a esa hora había todavía gente en el sitio. Sin embargo, minutos después uno de los trabajadores los saludó como si se conocieran de toda la vida.

 

Minutos después llegó la asistente de Juan Manuel Barrientos, chef y creador de El Cielo, y me invitó a recorrer el lugar. El emplazamiento cuenta con una estructura vertical y moderna, su decoración es sobria y perfecta, las mesas y las sillas, al entrar, se encuentran al lado derecho del sitio, pero más adelante se logran percibir otras mesas. En el fondo está la parte de los vinos y la cocina.

 

Durante el recorrido me presentaron a diferentes empleados del lugar; chef, meseros y jefes de servicio. Al ingresar a la cocina, logré ver en una esquina humo que se repartía por el sitio, me acerqué a mirar y me dijeron que lo que estaban haciendo eran trufas de piña colada. Me arrimé tanto que una de las chef me dijo que cuidado con el cabello.

 

Cuando salí, me encontré al jefe de servicios del restaurante, Ángel Guillen, el cual me invitó a sentarme un rato para conversar de El Cielo y de la comida vanguardista.  

 

Al terminar la conversación, nos paramos de la mesa, tomé las últimas fotos y nos acercamos a la puerta, al estar allí les pedí el favor que me dieran la cita con Juan Manuel, me sonrieron y me dijeron: “No te preocupes que para la próxima semana estarás hablando con él”.

 

Gracias a la oportunidad que tuve de conversar con trabajadores de El Cielo, logré entender la distinción que tiene este restaurante con los otros, y es que este le permite al consumidor, no solo comer sino también, desde los alimentos, interactuar con los sentidos como el tacto, el olfato y sobre todo el gusto.

 

Cocina creativa: el plato fuerte de Medellín

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© 2014 by Daniela Arbeláez Ocampo.

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